Capgireta es el localismo ibicenco de voltereta.

Seguro que sabes que una voltereta es girar en el aire o hacerlo apoyando las manos en el suelo mientras se impulsan las piernas. Lo que quizá no sepas es que no a todos los niños les resulta fácil capgirar o hacer volteretas. Yo fui una de esas niñas.

La sensación de invertir la cabeza no me gustaba porque suponía perder el control de mi cuerpo. Recuerdo que mis compañeros en el colegio señalaban mi falta de destreza y yo no sabía cuál era mi problema.

Llegué a creer que además de ser una niña sensible y con algunos miedos, yo era realmente torpe. Odiaba las clases de educación física, no jugaba en los parques como otros niños y jamás me deslicé por un tobogán, siempre por lo mismo: el miedo a caer.

Caminar por el borde de un muro o subir a las atracciones de feria eran retos inalcanzables: algo que dejó huella en mí como persona pero que, sin ser consciente entonces, se convirtió en la razón de ser de Capgireta. En mi verdadera vocación profesional.

Porque durante mi formación en terapia ocupacional enfocada en integración sensorial descubrí muchas cosas, entre ellas que mi problema tenía un nombre: inseguridad gravitacional. Y encontré respuestas que me ayudaron a comprenderme.

Por eso hoy me dedico a capgirar con sonrisas las dificultades a las que puede enfrentarse cualquier niño. Por eso hoy soy terapeuta ocupacional pediátrica y acompaño en su desarrollo a los más pequeños y a sus familias, mediante sesiones de juego divertido en Capgireta.

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